Pequeños pasos que realmente marcan la diferencia

En Terravita trabajamos con conciencia positiva, intentando minimizar el impacto ambiental en todos y cada uno de nuestros actos. No somos perfectos y aún nos queda un largo camino por recorrer, pero vamos en la dirección correcta. Y con esa conciencia hemos asumido la misma responsabilidad dentro de nuestra sede. Creemos que las empresas deben dar ejemplo, no se trata de producir y generar, se trata de trabajar en sintonía con nuestro entorno, respetando nuestros recursos y creciendo con armonía y cuidado. Nos hemos dado cuenta de que las acciones individuales fomentan el cambio grupal y que no sirve de nada esperar a que otros lo hagan.

Vivimos muy deprisa y tendemos a culpar al medio ambiente, a la clase política o a la falta de tiempo, por no actuar correctamente en nuestro día a día, no sólo en casa, sino también en el lugar donde pasamos tantas horas, nuestro lugar de trabajo. La buena noticia es que se puede hacer. Sólo tienes que querer hacerlo. Así, dentro de nuestro marco interno y el día a día de Terravita, la responsabilidad y la política ambiental están cada vez más arraigadas. Cada día nos proponemos demostrar que la ilusión, las ganas y los pequeños esfuerzos por cuidar nuestro entorno, realmente marcan una gran diferencia. Y, además de satisfacción y tranquilidad, también tienen efectos muy positivos.

Se trata de reeducarnos y colaborar para difundir estos cambios, internamente con nuestro equipo y también en nuestra forma de trabajar y comunicarnos con nuestros clientes. Dentro de estos gestos sostenibles hemos incorporado cosas sencillas como una estricta política de reciclaje, que además del plástico, papel, vidrio y orgánicos convencionales, incluye un depósito para baterías y pilas dentro de la empresa. El uso de papel reciclado, vehículos híbridos y un vehículo 100 por cien eléctrico, con cargador disponible en la empresa para los coches de nuestros visitantes.

También utilizamos productos ecológicos para la limpieza de nuestras instalaciones, ahorramos agua y utilizamos energías limpias (molino de viento, paneles solares). Incluso llevamos nuestra comida diaria en recipientes de cristal, para no utilizar utensilios de plástico en nuestra cocina. Este año también incorporaremos un nuevo proyecto de bicicletas eléctricas para el equipo que vive cerca de la sede, para minimizar el impacto medioambiental de que cada uno venga en su propio coche. Lo curioso y mágico de estos pequeños pasos es que aumentan la creatividad y la ilusión, y cada año incorporamos nuevas ideas que surgen de forma natural dentro del equipo. Seguimos sumando ideas, trabajando colaborativamente por este objetivo común, cuidar nuestro planeta. No hay excusas y podemos esperar más.